No, no son simples peluches. No te devuelvo muñecos pomposos y coloridos. Te devuelvo lo escondido de mi corazón, mis ideas, mi tiempo, mis puntos de vista, mi sonrisa sincera, mi pensamiento, mi interés, mis ganas, mi mundo, mi exclusividad.
No te devuelvo un simple “nos volvemos a ver”, te devuelvo mi pensamiento racional, mi cuidado, mi más auténtico “ME IMPORTAS”, mi gesto real, mi entusiasmo, mis ganas de verte bien. Mi satisfacción por verte sonreír.
Mi “te extraño” vale menos que mi “me quiero”, si vuelvo a vos es por voluntad. Siempre confío en que mañana será mejor día que hoy, y siempre espero ver un sol más glorioso cada día.
Simples peluches no son, es alegría. Porque valoro mi tiempo, y lo comparto con vos. Mi felicidad, te la comparto porque me complace verte sonreír. Si te extrané es porque te di algo de mí. Siempre buscamos recuperar lo dado.
Si estás a la altura de mi entrega, vamos, te acepto tus peluches. Espero que cada uno de tus pasos me devuelva un poco más del yo que te di.
Aunque lo llamen cursi, vale más el corazón de un hombre que la coraza de un macho.