¡Si! es mi frase favorita, UN DÍA A LA VEZ. Detrás de una sintaxis tan simple se esconde un significado complejo, y ese es el sentido del ahora, del momento, del presente, del ya.
Una frase que encierra en sí misma la profundidad de comprender que nada se repite, que todo es tan efímero en el tiempo, que lo que entendemos por horas es un constructo social que contabiliza todo en cifras, pero no dice nada ya que realmente siempre hemos vivido en el presente. El ahora es todo lo que tenemos; el pasado es ajeno y no manipulable, el futuro es de Dios y no se puede controlar (si es que realmente existe pasado y futuro)
UN DÍA A LA VEZ nos guía a entender que no somos dueños de nada, pero a la vez podemos tenerlo todo. La suavidad de un beso, el olor a café, la adrenalina de un susto, la tristeza, las buenas noticias, un sabor amargo, una hoja que cae, las gotas, los niños, los perros, los humanos, el corazón que late, el sudor de la frente, el amigo que abraza, la mujer que te vuelve loco; todo pertenece al presente. El mayor secreto está en desconectar el cerebro de la realidad inmediata y sumergirnos en lo abstracto del tiempo. Solo logrando desvincular nuestra percepción del tiempo como lo conocemos podemos disfrutar de los momentos inmediatos (invisibles para el adulto común), es casi como volver a ser niños. Los niños no ven el mundo en función de etapas (vanos caprichos humanos), ven todo en función del momento, viviendo UN DIA A LA VEZ. He visto niños que trabajan, y aún así disfrutan la vida, he visto niños en hospitales y siempre buscan la forma de aprovechar su presente. En contraposición he visto adultos egoístas encerrados en caprichos vulgares, dignos de un esclavo de la tristeza y el sinsentido. Cuanto más viejos nos hacemos, más grande es el nudo de la complejidad y más difícil se torna desatarlo, la verdadera magia está en simplificarnos en todo sentido (las mayores riquezas de la vida son cosas simples).
UN DIA A LA VEZ es simplicidad: ¿Qué puede ser más simple que un abrazo? Pero ni todo el dinero del mundo compra el abrazo de mamá. ¿Algo mejor que la simplicidad de respirar? y aún así no lo valoramos. He visto gente morir por no poder respirar, pero se vuelve ajeno el placer de inhalar y exhalar. ¿Qué se puede enseñar a un hijo si aún lo más simple no se comprende? He crecido sin padre, y aún así aprendí a afeitarme, a manejar y a besar una mujer. Pero los aspectos simples de la vida, esos secretos, se aprenden viviendo con conciencia. Y el despertar de la conciencia es responsabilidad de cada uno. Una batalla en solitario y con Dios. El NO despertar la conciencia es un error. El no vivir UN DÍA A LA VEZ es querer agarrar el viento con las manos.
ERRORES
He conocido personas que pasan sus vidas como zombies vivientes. No tienen más percepción que sus problemas, su autocompasión, sus deseos, intereses, algunos esclavos de sus metas, otros presas de sus desdichas. El no despertar la conciencia es quizá, desde mi óptica, el error más caro que puedas cometer. La vida es un milagro en sí misma, y no disfrutarla es un pecado, un sacrilegio y denota pobreza espiritual.
“Y el despertar de la conciencia es responsabilidad de cada uno. Una batalla en solitario y con Dios. El NO despertar la conciencia es un error.”
MI PUNTO DE VISTA
SOLUCIÓN
Pienso que el despertar de la conciencia no es fácil, sin embargo se debe iniciar. Por el bien propio. Muchas veces la mente es la encargada de complicar todo, pero el corazón sabe. La mente pregunta, el corazón siempre tienen respuestas. La mente divide, el corazón une. Es necesario empezar a leerlo y comprenderlo. No hablo de amor enfermo ni coodependencia, cosas que parecen del corazón pero son de la mente. Hablo de la simplicidad del corazón, de saber que es más sano perdonar que odiar, que es mejor ver crecer un niño que trabajar como esclavo, de disfrutar una taza de café, el placer de la sana soledad, de entender que el dolor es parte de la vida, y está bien. Aprender a convivir con la simplicidad DE UN DÍA A LA VEZ, ese misterio solo lo revela el corazón. El mayor enemigo nuestro somos nosotros mismos. Nuestra mente.
No soy un gurú de vida, pero es mi blog y mi responsabilidad de compartir mi enfoque de vida.
EVITAR
Quizá un excelente ejemplo de lo que hablo es sin duda JORGE LUIS BORGES en su poema EL REMORDIMIENTO.
He cometido el peor de los pecados
que un hombre puede cometer. No he sido
feliz. Que los glaciares del olvido
me arrastren y me pierdan, despiadados.
Mis padres me engendraron para el juego
arriesgado y hermoso de la vida,
para la tierra, el agua, el aire, el fuego.
Los defraudé. No fui feliz.
Cumplida no fue su joven voluntad. Mi mente
se aplicó a las simétricas porfías
del arte, que entreteje naderías.
Me legaron valor. No fui valiente.
No me abandona. Siempre está a mi lado
La sombra de haber sido un desdichado.